EL MONÓLOGO Nº023
La pachorra de los gobernantes

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La pachorra de los que nos gobiernan

 

 

José Moreno García *

 

 

Nada se resuelve. Todo está en el ámbito de lo pendiente y las decisiones grandes, las que nos afectan a los ciudadanos se siguen aplazando como si el tiempo las fuera a resolver sin más, o que los plazos que nos van imponiendo fueran parte de las actuaciones a realizar.

 

Hagamos un repaso. Desde hace semanas tenemos a numerosas personas que malviven en el muelle de Arguineguín. La Cruz Roja instaló unas carpas que en este momento albergan ya a más de 400 personas que se reparten un solo baño, que duermen en unos camastros en el suelo y que cuando se quieren refugiar del sol intenso buscan cobijo debajo de una mesa.

 

Durante la semana que termina nos hemos quejado de la cancelación de la visita del ministro de migraciones, José Luis Escrivá, aunque él dice que no se había comprometido a venir y que lo deja para cuando tenga la agenda holgada. ¿Y qué va a solucionar esta visita ministerial? Nada.

 

Lo que hace falta es solventar dónde se instalan los Centros de Acogida de Inmigrantes, una labor que es más del Ministerio de Defensa, que tiene que liberar algunos cuarteles cerrados y que se podrían destinar a estos menesteres, y una vez que tengamos los lugares ver qué puede hacer el departamento del señor Escrivá para que la estancias de esas personas sea más digna de que la que hoy se encuentran en el suelo del muelle en el que están confinados.

 

Ya tenemos a uno que no hace nada. También tenemos al delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, al que el otro día le pregunté en la COPE si había ido a visitar a los migrantes y contestó con aquello de “ha ido la subdelegada que me lo ha contado” y luego ante la insistencia aclarar que “el delegado del Gobierno está para otras cosas”. Si Pestana, como delegado del Gobierno Central, no ha ido a ver a los acogidos en las carpas de la Cruz Roja, es decir no ha hecho un trayecto que por autopista es de 37 kilómetros, ¿qué esperamos de un ministro que está a tres mil kilómetros de distancia y que también está para otras cosas como son las pensiones, es el de la Seguridad Social, o la inclusión de todos los colectivos en la vida cotidiana?

 

Pero si les pregunta a ellos les dirá que trabajan más que nadie, que planifican y que se están dejando la vida en los asuntos que componen su competencia. La conclusión a todo ello podría ser ¿y en qué se nota?

 

Vamos con otro asunto sin resolver. Estamos ya llegando a la mitad del mes de septiembre y nada se sabe de qué pasará con los ERTES, es decir, con los contratos que están suspendidos temporalmente y que, en Canarias, por no irnos muy lejos, afecta a casi 90.000 canarios que aún están cobrando una parte de su sueldo, porque su empresa está cerrada o no trabaja al ritmo de antes de que se paralizara toda la actividad.

 

A esto hay que sumar los que en estos días están entrando en esta situación porque los hoteles están cerrando por la cantidad de reservas que se están cancelando o porque a las empresas no les compensa tener abiertos sus establecimientos y a todos los que trabajan porque no ingresan lo suficiente. Lo último que sabemos en torno a esto es que la ministra de trabajo -o habría que cambiarle la nomenclatura por la de desempleo- es que podrían prolongarse los ERTES a cuenta de que el trabajador consuma tiempo en desempleo.

 

Es decir, como todos tenemos un máximo de 24 meses de paro que se le fuera descontando lo que están suspendidos temporalmente como si estuvieran despedidos y eso va en contra de la previsión. Ósea un trabajador en ERTE está en esa situación durante dos meses y luego entra en un ERE empresarial y solo le quedarían 22 meses de desempleo. ¿Y luego? Pues nada. Se quedaría sin cobrar, sin ayudas y sin nada.

 

Y estamos a quince días de acabar el mes y de tomar las decisiones, pero a los que tienen que tomar las decisiones siguen sin hacerlo y con la gente esperando. Y si le preguntamos nos dirán aquello de que están en ello, trabajando a tope y “sacrificándose” por los demás, pero no entienden que la situación en la que viven los afectados es mucho peor porque están pensando en qué les pasara sin saber la respuesta ni cuál será su futuro económico, quizás con una familia a su cargo y con la incertidumbre de saber sí podrá afrontar los pagos que conlleva una casa en su día a día.

 

Y para abundar en todo esto vemos que los empresarios turísticos vienen diciéndonos que es necesario hacer los PCR de entrada y salida para estar seguros con los turistas que nos escogen para pasar sus vacaciones. Lo llevan diciendo desde el mes de julio y a esta hora lo último que tenemos es que los ministros de Turismo de la UE se reunirán el 27 de septiembre para elaborar una propuesta conjunta que elevarán a la Comisión para que se empiece a aplicar en octubre.

 

¿Será tarde para una temporada de invierno que en esos días debería tener planificado todo un planning de reservas con las que hacerse una idea de la ocupación de esos hoteles? No lo sabemos, pero sus responsables no aplazan hasta finales de mes. ¿Qué hacen en el día a día? ¿Saben de la responsabilidad de los cargos que ostentan y por lo que cobran cada mes?

 

Como vemos, la pachorra de todos es ignominiosa y rayana en la tomadura de pelo. No es que estemos en contra de todo lo que hacen. Lo que sobresale, quizás por desconocimiento es la tranquilidad con que se toman estas decisiones. No como sinónimo de calma, en el sentido de que están seguros, sino como palabra en la no liguemos tranquilidad con pachorra, como significado de no tomar esas decisiones en tiempo y forma para que se vaya viendo como están todos los días encima de este asunto con determinación y conocimiento.

 

Otro ejemplo lo tenemos en la propuesta que hizo el Gobierno para quedarse con los superávit de los Ayuntamientos y que esta semana ha supuesto la primera derrota parlamentaria del pacto entre socialistas y Unidas Podemos. La propuesta del Gobierno era coger todo el dinero de esa partida, lo que recaudaron de más las Corporaciones en ejercicios pasados y entregarle a cambio el 35 por ciento del superávit que entregaran cada corporación a fondo perdido y devolverles lo incautado en un máximo de 15 años.

 

La ley actual impide que los Ayuntamientos gestionen esa partida para lo que quieran. Es dinero parado en los bancos que además les cobran una comisión por tenerlos inactivos. Tumbaron la propuesta en el Congreso de los Diputados y ahora estamos como antes, es decir, sin poder tocar el dinero y sin poder atender la maltrecha economía con la que ya se están encontrando estas corporaciones. Unos se alegran del resultado de la batalla y otros se lamentan de la falta de solidaridad. ¿Y la ciudadanía? ¿Habrá dinero para atender tantas demandas como solicitarán los que están viviendo ya en la precariedad? La conclusión final es, otra vez, la política.

 

Esto es lo que tenemos, una clase política instalada en la seguridad de que lo de ellos no corre peligro y que están en el cargo más por alardeo que por convicción y que las materias en las que tienen que ejercer sus competencias están supeditadas a mejorar las condiciones de estabilidad en sus gobernados.

 

¿Cuánto hace que no vemos a alguien dar un golpe encima de la mesa para ejercer la autoridad? Eso es lo que se echa en falta y esa debería ser la premisa que deberíamos destacar. Los políticos de hoy son meros relatores de situaciones, pero no son ejecutores de nada que signifique toma de decisiones. Aquello de “esto se hace así por estas razones” y no perdidos en la inmensidad de la burocracia que es la peor manera de dar un diagnóstico y un tratamiento que combata una situación urgente que ahoga a sus ciudadanos.

 

Hay más casos que puedo relatarles en este artículo, pero como esto es Canarias en Positivo debería servirnos estas muestras para saber cómo es el resto. Nuestros dirigentes deberían de darnos mayor seguridad y demostrarnos que trabajan por hacer más llevadera la vida. No debemos seguir abonados a la incertidumbre y al devenir de unos gobernantes que más parecen embroncados en la política del “y tú más” que en arreglar los problemas que nos acucian. Lo importante, lo urgente, a lo que se deben dedicar es a solucionar estos argumentos que inciden directamente en la ciudadanía y no los que a ellos les preocupan. ¿Hacen algo por solventarnos estos problemas?

 

Como ven la pachorra y lo de esperar es lo que impera, ¿o no?

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

La Laguna (Tenerife), 12 de septiembre de 2020.

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