EL MONÓLOGO Nº042
Otro plan del Gobierno

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Pepe Moreno *                                                                

 

 

Todos los viernes, cuando escribo este artículo, me pasa igual, que me quedo durante bastante tiempo esperando alguna comparecencia de última hora que ponga la guinda a los asuntos de los que hablamos todos los días y que tiene mucho que ver con la crisis sanitaria/económica que nos está condicionado la vida desde el pasado 14 de marzo de 2020. Estaba a la expectativa de las palabras del presidente del Gobierno y de su vicepresidente. Presentaban un plan extraordinario económico para ayudar a diversos sectores –restauración, comercios, gimnasios cerrados por el coronavirus– que ascenderá a 400,8 millones de euros entre aplazamientos fiscales y ayudas directas.

 

Había expectación por ver en qué consistían estas medidas y cómo se las harán llegar a los sectores afectados. Hay mucha gente que no sabe cómo seguir adelante con sus negocios y que no tiene claro si merece la pena continuar pagando y manteniendo una estructura que los está ahogando económicamente. Sé de más de uno que presentó papeles y recibos cuando el cierre total del primer mes y medio de confinamiento, y a fecha de hoy aún no ha recibido nada de lo solicitado, a pesar de que ha tenido que ir ampliando el número de documentos que aportar para justificar la ayuda. Una burocracia inmensa que no le ha servido de nada.

 

Pues lo dicho, esperaba ayer la aparición de los dos máximos responsables para ver si realmente han pensado en los más perjudicados por sus decisiones y cómo les van a ayudar. Confiaba con ansiedad en conocer esas medidas, después de que, durante un mes, el Cabildo de Tenerife no haya hecho nada para aliviar la carga de la clausura de los gimnasios, establecimientos de hostelería, bares, restaurantes, bodegones, casas de comida y demás epígrafes que se han visto afectados por unas medidas dictadas para evitar el crecimiento de las infecciones pero que han provocado un desequilibrio bastante gordo en las cuentas de muchos pequeños empresarios.

 

Unas dudas que me generaban preguntas como ¿para qué necesitamos al Cabildo? ¿qué hace y cómo ayuda? O simplemente eso de ¿necesitamos a una Corporación insular si ellos no tienen competencias en las materias que pueden ayudar? Porque durante un mes nadie ha salido a dar un soplo, aunque sea eso, de esperanza para conocer en qué situación se encuentran y como poder paliar sus problemas.

 

Un mes con unos ingresos nulos o muy bajos que no cubren los gastos de unos negocios que se están enfrentando a un balance económico muy precario, que sus cuentas de resultados siguen afrontando una serie de gastos que no desaparecen en la misma medida que la correspondiente a ingresos, y ya se sabe que cuando una de las dos columnas se descompensa, el resultado final es negativo. Seguir pagando y no ingresar lleva a una situación en la que la bola de los gastos es muy superior y lleva a una ruina de forma segura.

 

No sabemos si los que conforman las medidas para luchar contra la pandemia piensan en la cantidad de recibos que tienen que abonar los propietarios de negocios. Espero que sí, pero de momento no hemos visto que esto sea así. Falta esa empatía y sobre todo que las restricciones vengan acompañadas de medidas de ayudas que mitiguen las mermas.

 

Ayer vimos como el presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres explicaba junto con el vicepresidente y consejero de Hacienda, Román Rodríguez, un plan que consta de dos partes, por un lado, la fiscal que se centrará en el aplazamiento de deudas de pagos de impuestos durante seis meses, lo que supondrá que el Gobierno no ingrese en su fecha correspondiente 41,8 millones de euros. No se trata de es una exoneración del pago, sino de un aplazamiento.

 

Lo mismo sucederá con el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) durante el primer trimestre y que según las estimaciones gubernamentales podría implicar otros 194 millones de euros aplazados. Este dinero, cuya cantidad asciende a 235,8 millones de euros, los buscará nuestro Gobierno en una póliza de crédito para de esta forma no descuadrar la cuenta general de los Presupuestos Generales.

 

En cuanto a la segunda parte del plan, se centra en ayudas directas para la restauración, comercios, centros deportivos y turísticos por un montante de 165 millones de euros, que en este caso prevén que vengan de los fondos europeos, cuestión que se está negociando, y por tanto está aún en el aire, y que tanto Torres como Rodríguez afirman que, si finalmente no se pudiera financiar con las partidas europeas, se registraría como deuda.

 

La voluntad es buena, pero la necesidad es perentoria, porque las empresas están muy descapitalizadas y no tienen otra manera de hacerse con la liquidez necesaria para seguir adelante, por tanto, es de agradecer que hayan diseñado este tipo de ayudas, pero el tiempo juega una baza muy importante para hacer posible la competencia de estos negocios y que el tejido laboral y económico siga estando vigente.

 

No se sabe cuándo van a salir estas medidas, ni cuando se podrán solicitar o acogerse a ellas y lo que hace falta es actuar ya y de manera contundente. La primera providencia es la del aplazamiento, pero ¿hay músculo para comprometerse a pagar en unos meses cuando la situación no es nada clara? Y en cuanto a las ayudas a fondos perdidos, ¿cuándo se podrán acceder? y ¿en qué condiciones? Una cosa es predicar y otra dar el trigo.  Es decir, una cosa es salir en una rueda de prensa y dar a conocer este paquete de iniciativas y otra muy diferente que se puedan acceder a los fondos y que se vean en la cuenta corriente de estas empresas.

 

No olvidemos que la crisis sanitaria del coronavirus ha afectado a los pagos en la hostelería y que este ha terminado 2020 como el sector que peor paga a sus proveedores con una dilación de casi 32 días, superando a la Administración, e incrementado hasta en 16 días más en el cuarto trimestre del año pasado.  Según un estudio publicado recientemente, la hostelería es el sector más afectado por el incremento en los retrasos en los pagos a proveedores y lidera las demoras, subiendo ese retraso en más de cinco días respecto al trimestre anterior. Esto nos podría llevar a dudar si es posible la recuperación de nuestra economía. Hay quien dice que el día que vuelva el turismo, nuestros problemas estarán resueltos, pero ¿cuándo sucederá?

 

Uno espera, aún, que haya una respuesta más contundente a todas estas incógnitas, pero también debemos ser conscientes de que ya se está produciendo una merma en la recaudación de impuestos, que es el dinero del que se abastece lo público para pagar los servicios. Cada vez hay más gente en el paro, se necesitan más fondos para combatir la pandemia, o para ayudar a los que no pueden tributar, ¿de dónde va a salir esa cantidad ingente de recursos?, ¿Puede un empresario pensar en los impuestos si no sabe cómo pagar los gastos corrientes de unos negocios que hoy no están ingresando? Y, por otra parte, ¿puede un Gobierno planificar un Presupuesto General si no sabe cuánto va a ingresar?

 

Esa es la dicotomía a la que nos enfrentamos. Los Ayuntamientos siguen contando con lo que ingresarán en impuestos y tasas para pagar los servicios que prestan. La basura, por ejemplo, que dicen los hoteleros que no deberían de pagar porque tienen sus establecimientos cerrados, pero los operarios de ese servicio siguen trabajando y cobrando y las empresas enviando sus recibos de prestación a las Corporaciones. ¿Deben ser exonerados? ¿Se rebajan las cantidades a pagar y por tanto despiden a gente porque cobran menos porque hay menos trabajo?

 

En fin, que uno esperaba más de la comparecencia del Gobierno, aunque también es consciente de que todo lo que está pasando no tiene precedentes, ni hay fondos para ayudar a todos los que lo están pasando muy mal a cuenta de unas restricciones que son necesarias para frenar el avance de un maldito coronavirus del que vamos sabiendo cosas, pero que aún no hemos podido cercar.  Todos tenemos mucha confianza en las vacunas y que la inmunización venga por los viales, pero tampoco vemos que la velocidad en la administración de las dosis sea la que esperábamos y eso que Canarias pone todas las que llegan, pero no llegan con la celeridad que todos creíamos.

 

Dicho todo esto, habrá que seguir adelante echándole ganas y sobre todo cantidad de paciencia para que esta maldita enfermedad no se lleve por delante los sueños y las ilusiones de mucha gente.  Bueno, pues queda mucho para saber cómo aplicar este plan. Vayan buscando los recibos de los gastos fijos, vean cuanto tienen que pagar en impuestos de los que pueden aplazar y analicen si les conviene aplazar la cuota y si eso no le va a crear una bola de difícil digestión y sobre todo esté dispuesto a esperar la llegada de los fondos. Por planes presentados que no quede.

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

La Laguna (Tenerife), 23 de enero de 2021.

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