EL MONÓLOGO Nº047
Confundir realidad con deseos

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Confundir la realidad con los deseos

 

 

Pepe Moreno *                                                                

 

 

Se nos acaba el segundo mes del año 2021 y seguimos pendientes de la pandemia, de las mascarillas, de las noticias que nos siguen dejando los distintos niveles que rigen la vida en las islas y de lo relacionado con la presencia de migrantes. Es decir, que todo sigue igual que en el nefasto 2020, año en el que descubrimos lo que era un confinamiento y que el coronavirus que vino de Asia nos infectaba sin compasión.

 

El pasado 27 de diciembre se nos abría una espita de ilusión al comenzar la primera fase de la vacunación. Desde ese mismo día todos pensábamos que esto iba a ir mucho más rápido y que la inmunidad que nos daba la vacuna era cuestión de tiempo, pero no de tanto, sino que la cosa iba a ir más rápido de lo que está yendo.

 

De esta vacunación dependen muchas cosas y entre ellas se encuentra la recuperación económica y social de estas islas. Los expertos ya nos han dicho que es la mejor arma disponible, y es fundamental fortalecer esta estrategia de vacunación masiva de la población, convirtiéndose en la premisa para iniciar la regeneración de un Archipiélago herido por el cero turístico y, en cuyo mejor escenario, seguirá en crisis hasta 2022.

 

La Comunidad con mayor impacto socioeconómico del coronavirus necesita que el Ejecutivo nacional envíe un suministro adecuado y fiable de viales para completar en junio la vacunación del 70% de su población. El presidente del Gobierno de Canarias asegura que el Archipiélago necesitaría unas 30.000 dosis diarias para poder tener inmunizados al 70% de los habitantes en tres meses y 21 días (111 días). Las Islas cuentan con capacidad para hacerlo gracias a más de 2.300 enfermeras formadas para dedicarse a este menester en exclusiva.

 

Otra opción, también con disponibilidad de vacunas, sería contar con 25.000 diarias, lográndose el objetivo en cuatro meses y ocho días (128 días). Pero claro, estas son las cuentas de los que quieren que esto vaya bien. Un presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, y un consejero de Sanidad, Blas Trujillo, que se preparan para que todo esté listo en caso de que vengan las dosis necesarias para una gran campaña de vacunación, pero faltan las materias primas, los viales, que no llegan. Y es aquí donde nos planteamos algunas dudas. ¿Llegarían más si tuviéramos más gente contagiada? Pero claro, si tuviéramos más gentes con el virus estaríamos en peores condiciones y eso juega en contra de nuestros intereses económicos. ¿Qué hacemos?

 

Es una dicotomía de difícil resolución. Estamos conteniendo la enfermedad a base de sacrificios, con una población, salvo excepciones contadas, que está cumpliendo con unas medidas que, impiden salir de noche, con el ocio nocturno cerrado, con restaurantes que operan a menos de la mitad, para los que las cenas son tempranas y en el que el imperio de las restricciones es comprendido como fórmula para contener la expansión de la enfermedad.

 

Y en todo esto nos estamos dejando jirones de libertad, sin que sepamos ni los porqués ni las razones. ¿Porqué, por ejemplo, nos preguntan unos agentes de la autoridad adónde viajamos cuando nos disponemos a pasar por un control de seguridad en los aeropuertos? ¿Dónde está escrito que se tengan que dar explicaciones?

 

Deduzco que en el caso de viajar a un a isla con restricciones de movilidad haya que someterse a ese cuestionario, pero que lo hagan con ellos, no con todos los pasajeros que transitan por un espacio como el de un aeropuerto. Pero nos lo tragamos mientras vemos en nuestras televisiones como hay quien se manifiesta pidiendo libertad de opinión o libertad para individuos que no han cumplido con las leyes.

 

Hoy en día, por una mal entendida responsabilidad comunitaria, vemos cómo nos recortan derechos y dejan solamente las partes de deberes que les conviene. Un agente te pregunta dónde vas y te pide tu DNI y lo entregamos y le respondemos que volviendo a casa o haciendo un viaje por trabajo. ¿Hay alguien que sepa las razones de este tipo de indagación, se entiende que gubernamental?

 

Son las cosas que provienen de una anormalidad que cada día se está convirtiendo en algo cotidiano y nos vamos acostumbrando a ella. Como decía, nos vamos dejando retales de esa independencia de movimientos sin que importe y cualquier tipo de crítica se entiende como una especie de rebelión o de escasa cooperación en un tiempo de restricciones.

 

Uno puede quedarse en casa, no relacionare con más personas que las indicadas, tener mascarilla hasta cuándo va al excusado y mantener una distancia que pone a prueba la capacidad auditiva de cada uno de los interlocutores, pero, cadena por la contraria, ni se les ocurra poner en cuestión nada de lo que ordene la autoridad competente.

 

Debe ser eso por lo que nadie pregunta si hay calendario de vacunación, cuando le toca al ciudadano que no está comprendido en ninguno de los supuestos establecidos y qué hay que hacer para estar incluido en un listado. He oído a abogados de una isla decir que piden ser englobados en los capítulos de esenciales o a colectivos de profesionales que quieren entrar en las previsiones de los vacunados porque sus contactos podrían acarrearle algún tipo de riesgo. Y los que no protestan o piden, ¿tendrán que esperar más? Parece que hemos entrado en la máxima aquella del que “el que no llora no mama” que en este caso sería “el que no proteste no lo vacunan”.

 

Pero como decía al principio de este artículo estamos acabando el segundo mes del año 2021 y nada parece haber cambiado. Alemania dice que quizás para mayo se levantan algunas restricciones para poder viajar, en Gran Bretaña están vacunando a mucha gente, pero con la primera dosis, Portugal tiene sus fronteras cerradas porque la situación está casi sin control y en Francia piden la realización de pruebas para demostrar que se viaja sin virus. ¿No iba a acabar esto mucho antes cuando nos dijeron que lo que comenzaba el 27 de diciembre, con la vacunación, era la victoria contra la COVID-19? ¿Dónde está esa batalla ganada?

 

Según los datos de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, hasta ahora se han suministrado 106.596 dosis de las tres vacunas disponibles en la Unión Europea y se ha logrado la inmunización de 45.357 personas, que han recibido las dos dosis, lo que supone el 3,36 por ciento de la población diana, que es aquella sobre la que queremos concentrar nuestros esfuerzos o a la que queremos llegar. Es decir, dos meses después de comenzar la campaña de vacunación en esta Comunidad Autónoma no se llega ni al 4 por ciento de la población. Pero está todo preparado para una vacunación masiva, si es que llegan las dosis, si es que las farmacéuticas en cuestión las fabrican, las manufacturan y las envían. Si todo eso se produce, estamos, por lo visto, con toda la infraestructura preparada.

 

Mientras tanto, los recintos feriales de Canarias no pueden organizar nada. Las ferias, y por supuesto los congresos, están suspendidos porque esos recintos deben estar esperando por si acaso todo lo dicho anteriormente se cumple. Por si llegan las dosis, por si acaso se prepara una vacunación en plan masivo, por si vamos en vez de en romería a inmunizarnos, por si se organiza una macrooperación de pinchazos. Es curioso, se ha regulado el número de personas que pueden ir a una gran superficie, a un aparcamiento, a una zona comercial y a tantos lugares como se les ocurra, pero nadie ha pensado si se puede organizar una feria o una exposición en un recinto que habitualmente se destina a ese tipo de eventos.

 

La ministra de Turismo ya ha anunciado, pese a la incertidumbre que continúa dejando la pandemia, que la Feria Internacional de Turismo (Fitur 2021) tendrá lugar entre el 19 al 23 de mayo. Y lo ha dicho tras una reunión con el comité organizador de la feria, al tiempo que destacaba que «es una buena noticia porque permitirá mostrar al mundo que España es sinónimo de un destino de calidad y seguro».

 

La ministra, puesta a hacer predicciones, aseguraba que «va a ser un escaparate global para debatir sobre iniciativas como los pasaportes sanitarios, los corredores turísticos, las pruebas diagnósticas, etc. pero también representa un hito para el Sector Turístico que afronta un 2021 con optimismo por la llegada de las vacunas». ¿De verdad que esto es cierto? ¿No le llamaban antes a todo esto fantasear? ¿Nos levanta la moral?

 

Piensen en estas cosas: Macrooperación de vacunas, calendario con distintos grupos profesionales, Recintos feriales que no pueden organizar nada porque tienen que estar disponibles por si acaso, ministra que anuncia ferias en un mundo en el que la policía te pregunta adónde vas si estás en un aeropuerto, limitación de aforos, toques de queda, restaurantes limitados en aforos y horarios e incertidumbre para saber qué puede pasar. ¿Es coherente? ¿Sabemos discernir lo que es propaganda de lo que son deseos?

 

* José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

La Laguna (Tenerife), 27 de febrero de 2021.

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