EL MONÓLOGO Nº053
Proyectos para pasar el tiempo

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Por Pepe Moreno *

 

La isla de Tenerife continua en nivel 3 de restricciones por causa de los contagios de la COVID-19 y así permanece desde el pasado mes de febrero, aunque en realidad nunca ha bajado de grado, porque cuando lo hizo se inventaron una cosa que llamaron “reforzado” y algunas de las normativas se endurecieron, en previsión de que aumentaran las personas infectadas con el dichoso virus. Todo esto viene a cuento de que parece que quien marca los niveles ha decidido que, para no crear agravios comparativos entre las islas capitalinas, hay que poner a las dos con las mismas medidas.

 

No importa que se perciba, en la curva epidémica del archipiélago, una resistencia a la bajada de la incidencia del virus en Gran Canaria. De hecho, mientras que Fuerteventura y Tenerife presentaban esta semana una ligera tendencia descendente en los contagios por coronavirus y sus parámetros epidémicos estaban en riesgo medio (nivel 2, semáforo ámbar), en Gran Canaria, por el contrario, la transmisión del virus se resiste a remitir y el mismo jueves presentaba una incidencia acumulada a siete días de 73,4 casos por 100.000 habitantes, la mayor de Canarias. Pero Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura están en el mismo nivel, es decir, en el 3, y con idénticas restricciones.

 

Esto es un sinvivir en el que cada día vemos como los enfermos suben y bajan. Ayer, sin ir más lejos, volvimos a superar la barrera y casi alcanzamos los 330 casos nuevos, de los que 166 eran en Tenerife por los 149 de Gran Canaria y claro así es muy difícil hacer una previsión de cómo evoluciona la enfermedad, aunque también hay que tener en cuenta que se produjeron 295 altas. Con eso, ayer mismo, había 78 casos en las UCIs de Canarias, cuatro menos que el día anterior o 319 en planta. ¿Quien se atreve así a poner niveles en una isla o en otra?

 

Y la pandemia nos está haciendo olvidar otros asuntos que ya ni aparecen en los medios de comunicación. Por nombrar algunos que tienen que ver con Tenerife podríamos enumerarlos y ver cómo evolucionan.

 

Por ejemplo, ¿sabe alguien qué paso con el proyecto bus-vao para la autopista del norte, la TF5, que tantas colas genera? Si piden en Google alguna información sobre esta ejecución verán un acta que data del 21 de febrero de este año en el que de las empresas que se presentan para ejecutar el proyecto, una queda excluida porque está en concurso voluntario de acreedores y se le adjudica a la otra, “por el importe ofertado de un millón seiscientos noventa y un mil ochocientos cuarenta y siete euros con cuarenta y tres céntimos (1.691.847,43 €), IGIC excluido, ascendiendo éste al tipo vigente del 7 por ciento, a ciento dieciocho mil cuatrocientos veintinueve euros con treinta y dos céntimos (118.429,32 €), al ser la segunda mejor oferta valorada.”

 

Ya tenemos algo ¿pero cuándo comenzarán las obras? ¿cuándo veremos las palas mecánicas actuar en esa zona? Es difícil saber en qué momento se verá el comienzo de los trabajos. Y así vamos. Dando largas a cosas que en el pasado fueron casi argumentos diarios. Todavía recuerdo las veces que le tuve que explicar a mi madre que es un carril bus-vao y ella ya hace cinco años que no está entre nosotros.

 

Luego tenemos la ampliación del tercer carril de la autopista del Sur, una obra chafada que tiene incluso una sentencia del Tribunal Supremo que dice que hay que redactar un nuevo proyecto, con todo lo que conlleva en cuanto a declaración de impacto medio ambiental. Sebastián Franquis, consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda, dijo cuando compareció en el Parlamento de Canarias, el 16 de marzo de este año, que su departamento dispondrá “en los próximos días” de una nueva declaración de impacto ambiental del proyecto.

 

El documento estará adaptado a las exigencias de la sentencia del Tribunal Supremo que declaró nula la anterior declaración de impacto ambiental, bajo cuyo amparo se están ejecutando las obras del enlace Chafiras-Oroteanda, en el municipio de San Miguel de Abona. ¿Cuándo serán esos próximos días a los que se refiere el consejero? Porque de momento, y ha pasado casi un mes, no se ha sabido nada. Así pues, otra obra en el limbo de las promesas y sin saber cuándo podremos ver esas palas trabajando en las mismas.

 

Los trenes al Norte y al Sur de la isla, unos proyectos en los que se trabajó bastante en el pasado, y que duermen el sueño de los justos en las gavetas del Cabildo. Se aprobaron hasta los diseños de las estaciones, se redactaron los pliegos para las expropiaciones…pero nadie hizo nunca nada. Hace poco, con motivo de los fondos comunitarios para levantar las economías de las distintas regiones de la UE se han tenido que desempolvar y ver hasta dónde se pueden hacer. Con sorpresa hemos visto que en Gran Canaria han acelerado este tipo de obras y aquí en Tenerife han aparecido los contrarios a esta infraestructura para levantar la voz y decir que es un derroche, que no se haga, y así está. Parte de la Corporación insular ha dicho que no se pierde nada con presentarlo, y por otra parte los socios de la actual gobernanza ya han levantado su mano para decir NO.

 

Los hospitales del Norte y del Sur, eternas obras sanitarias de esta isla que llevan más años de ejecución que Jordi Hurtado en Televisión Española y que nunca se terminan de ejecutar. El del Norte es más un geriátrico que un Hospital y al del Sur le faltan tantos servicios que parece más un ambulatorio de los de antes que un centro sanitario de los de ahora.

 

La reconstrucción del Febles Campos, como centro geriátrico, es una obra que ya se quedaba pequeña cuando se planificó y que hoy ni siquiera la contempla la actual mayoría de gobierno de la Corporación Insular. Lo último que sabemos de esta obra fue aquel intento del entonces presidente del Cabildo Insular, Carlos Alonso, de comprar o alquilar el edificio de Antonio Plasencia en la zona de Cabo Llanos y que fue desechada a cuenta de quien era el vendedor, pero ahora que es del Ayuntamiento de Santa Cruz no se ha sabido nunca más. Ni se acomete esa mejora, ni la ampliación ni nada de nada.

 

Y lo mismo podríamos decir de las plazas geriátricas, en general, de las que carece esta isla y que nadie, ninguna corporación se compromete, ni se amplían ni hay sitio para que los mayores sean acogidos cuando los suyos no pueden o no quieren hacerse cargo de ellos. Tenemos un déficit más que evidente de este tipo de plazas y nadie hace nada por corregir la carencia. Así tenemos macrocentros como el de Santa Rita que hoy acogen a muchas más personas de las que pueden, pero nadie hace nada ni por aliviar ni por dar otras respuestas a estas urgencias de acogimiento.

 

El Puerto de Fonsalía, la gran esperanza del Sur que no despega y que rechazan desde Podemos en el Cabildo Insular. No se sabe qué harán ahí y lo que era la gran alternativa al transporte marítimo del suroeste tinerfeño languidece como un pensamiento en una depresión, sin futuro y sin presupuesto, más muerto que un oso polar en el Sahara y menos porvenir que un militante de Ciudadanos.

 

En este mismo plan podemos encontrar la playa de Valleseco, que ha tenido ya varias adjudicaciones sin que se haya movido ni un callao de su litoral o el puerto comercial del Puerto de la Cruz que sigue esperando a que alguien lo desempolve, después de que incluso hayan diseñado una operación de transporte de materiales sin que se sepa dónde descargar los áridos necesarios para cimentar los espigones de esa obra marítima.

 

Y qué decir del circuito del motor en el sur tinerfeño para el que un día se hicieron las expropiaciones necesarias que liberaran la vía de acceso, pero en el que tardarán tanto que el día de su inauguración es posible que ya los coches sean reliquias del pasado. O el Mercado de La Laguna que seguirá en sus instalaciones provisionales per seculam seculorum. Es asombroso que una ciudad Patrimonio de la Humanidad tenga los puestos en una tienda de campaña a lo grande.

 

Podría seguir con proyectos que los políticos sacan a pasear de vez en cuando y que nunca veremos realizados porque son como norias, que suben y bajan, pero que siempre están en el mismo sitio sin que hagan nada, porque las promesas se las lleva el viento y ellos cobran cada mes.

 

Estos que he nombrado en este monólogo solo son unos cuántos, pero hay más. Los proyectos nunca son realidades y hace tiempo que esta isla no tiene liderazgo para llevar a cabo una serie de ejecuciones que nos sacarían del ostracismo en el que hoy vivimos. Según datos oficiales en Canarias la licitación pública cayó un 43 por ciento durante el año pasado y este 2021 vamos por el mismo camino. ¿De quién será la culpa?

 

Ustedes mismos para encontrar la respuesta, pero lo que es necesario es incentivar esa parte para que todas las empresas comiencen a facturar, a contratar obreros, a comprar materiales que alguien tiene que fabricar y para reactivar una economía que está también en pandemia. Tenemos a una cuarta parte de la población en las listas del desempleo y a más de 50.000 trabajadores son sus contratos de empleos suspendidos, ¿cómo creen que eso se va a despejar? ¿solo con la llegada de turistas? ¿es ese el modelo que quieren reactivar?

 

Estamos a tiempo. Nuestros gobernantes deben ponerse manos a la obra, y nunca mejor empleada la expresión, pero digo yo que deben estar esperando una inspiración divina.

 

Como ven no será por falta de proyectos, pero hay que tener voluntad para que la desidia no gane esta batalla. No se puede tener superávit con una situación financiera en la UVI y con una población que arrastra los peores indicadores de pobreza del país. No tenemos nada ahora mismo, pero ¿será la tónica del futuro?

 

 * José MORENO GARCÍA

Periodista.

Analista de la actualidad.

 

La Laguna (Tenerife), 10 de abril de 2021.

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