La esperanza
me mantiene

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Luis Balbuena Castellano *

 

Pido prestado este verso del gran Pedro García Cabrera para expresar mi sentimiento. Ya se ha dicho casi todo lo que se puede acerca de lo que nos ha tocado vivir. Ha sido un proceso complicado donde la variable más persistente ha sido la incertidumbre. Desde los primeros mensajes de la OMS de que no había que alarmarse y se resistió a declarar que era una pandemia, a este estado actual de confinamiento, ha sido un tiempo con episodios sin precedentes. Y seguimos con la incertidumbre. Y lo peor es que parece que nadie tiene las certidumbres mínimas para hacer previsiones totalmente fiables sobre lo que nos espera. Y encima tener que sumar a tanto agorero y “cantamañanas” que enturbian más el asunto.

 

Pero yo quiero seguir siendo positivo y por eso confío en que saldremos de esto, la esperanza me mantiene… Lo que sí puedo hacer es expresar mis sensaciones y reflexiones sobre lo que ha sido hasta ahora y lo que parece que se alumbra en el futuro con cada vez más rotundidad.

 

En primer lugar, me gustaría destacar el papel jugado por quienes han tenido que enfrentarse a esta situación a pecho descubierto tanto físico como intelectual. Cada día se les reconoce y eso es algo que muestra que somos agradecidos y reconocedores del esfuerzo que hacen. Es verdad que hay algunos que dan la nota con actitudes indisciplinadas y hasta gamberras, pero son una ínfima minoría que no empaña la actitud de la gran mayoría.

 

Pero quiero resaltar lo que la ciencia, así, en general, está demostrando. Aquí no valen ni las armas de destrucción masiva ni los arsenales más potentes. El enemigo casi no es ni físico. Aquí la solución no vendrá tras un armisticio en el que humillar al o los perdedores, sino que será la bandera de la ciencia la que consiga doblegar a este pequeño gran enemigo. Creo que esta será una de las lecciones que nos dejará este agotador proceso.

 

Otra gran enseñanza que nos va a dejar se centrará en la utilidad del teletrabajo. Dentro de algunos años, cuando todo este proceso que se ha iniciado súbitamente por una situación de emergencia repose y empiece a mejorar los procedimientos y los aparatos, quizá podamos mirar para atrás y asombrarnos cómo era posible que hubiese edificios de muchos pisos, con centenares y tal vez miles de personas trabajando y haciendo lo mismo que en esos momentos lo hacen desde casa… esto ya no es ciencia ficción.

 

Quiero hacer un justo homenaje a los docentes y al alumnado y explicaré por qué. Siempre he pensado que el sistema educativo es, esencialmente, conservador. Cuesta mucho introducir cualquier tipo de modificación que pretenda tener repercusión en el aula. Quiero decir que, aunque hemos “sufrido” los vaivenes de los partidos políticos en los años que llevamos de democracia, cuando vamos a la realidad en el aula, los cambios casi ni se notan.

 

Por supuesto que sí ha habido cambios en la estructuración del sistema, en la adaptación a la democracia que vivimos, etc. Lógicamente, me centraré en la asignatura que conozco mejor, que es la de matemáticas, porque mi condición de docente discurre desde el “origen de coordenadas” de esta etapa pues tomé posesión como catedrático, en Huelva, en el mes de septiembre de 1975 y dos meses después murió el dictador. Por tanto, viví en primera línea esos cambios que comento y más si se tiene en cuenta mi responsabilidad como consejero de Educación en el primer Gobierno de Canarias.

 

Pues bien, a lo que voy: los cambios estructurales fueron necesarios, imprescindibles y notables. Esto es evidente. Pero, por ejemplo, los contenidos de la asignatura han tenido muy pocos cambios. Los que se han producido son más fruto de la práctica docente que emanados de esas leyes. Y qué decir de las metodologías o de los recursos a utilizar. Se han hecho grandes esfuerzos por parte de colectivos o de profesores visionarios, que los hay, pero considerada la estructura del sistema, la resistencia a cambios es igual de evidente. Pensemos en la persistente polémica sobre si calculadora sí o calculadora no, por ejemplo… Pero hete aquí que, de repente, de hoy para mañana, se presenta una situación en la que o te “modernizas” al máximo o quedan en la cuneta tanto ellos, los docentes, como su alumnado.

 

Y aquí surgen esos héroes de los que hablé al principio: para mí, que me considero conocedor del sistema, es una heroicidad el reciclaje hecho por los docentes para adaptarse a esa situación y la utilización inteligente de los medios informáticos hecha por su alumnado. Es posible que en los primeros días hubiese algo de confusión y de caos, pero duró muy poco porque rápidamente se hicieron con la formación suficiente para continuar el proceso de enseñanza y aprendizaje. ¿Será esta una de las lecciones que se sacarán de todo esto? Opino que sí. Lo que hasta ahora era un recurso que pocos docentes utilizaban, se va a convertir en un poderoso instrumento para ellos. Porque se ha demostrado que esos medios no solo sirven, como decían, para jugar y hacer cosas banales, sino que, bien utilizados y formando convenientemente al alumnado, el aprendizaje avanzará de forma más sólida y más deprisa.

 

Claro que, de nuevo el sistema tendrá que plantearse las eternas preguntas a las que casi nunca da respuesta: ¿va a haber revisión y actualización de aspectos como los contenidos, las metodologías, la formación inicial y la formación permanente del profesorado, etc.? Y la más eterna aun: ¿habrá alguna vez un pacto de estado por la educación?

 

Espero, como he dicho, que esta sea también una de las lecciones que se saquen y, desde luego, el profesorado y su alumnado han demostrado que saben afrontar esos retos. Por eso acabo felicitando a mis colegas, a todo el alumnado de todos los niveles, agradeciéndoles el esfuerzo que han hecho y siguen haciendo y reafirmar mi apreciación de considerarles héroes, como otros, de esta situación que nos atraganta. La esperanza me mantiene…

 

* Luis BALBUENA CASTELLANO

Ex consejero de Educación del primer Gobierno de Canarias,

Licenciado en Matemáticas (Especializado en didáctica de las Matemáticas)

Catedrático Numerario de Institutos de Enseñanza Media (Secundaria)

Cofundador de la Sociedad Canaria “Isaac Newton” de profesores de Matemáticas.

Medalla de Oro de Canarias 2010.

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