Otra propuesta de “Juan Canario”
en torno a la lucha contra el virus

AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO, TRAS LA FIRMA, PUEDES DEJAR TU OPINIÓN Y RESPUESTA…

 José Carlos Marrero * (dando visibilidad a “Juan Canario”)

 

Un importante empresario canario, vinculado directamente con el sector del Transporte y el Turismo, me ha hecho llegar unas reflexiones que, a su vez, invitan a meditar a cualquiera que las lea.

 

Le pedí que las plasmara en un artículo de opinión firmado por él, pero me manifestó que, durante toda su vida y su ya larga trayectoria como empresario, siempre ha querido pasar discretamente y sin protagonismo público alguno, y que seguía deseando permanecer en el anonimato.

 

Aun así, no obstante, le pedí a este empresario (que me permitiré llamar “Juan Canario” para preservar su anonimato) que me las plasmara en un papel sin firmar, para que, a partir de su escrito, yo pudiera, de alguna manera, trasladar esas reflexiones a los potenciales lectores de Canarias en Positivo.

 

El escrito de “Juan Canario”, lo reflejo íntegra y textualmente, en los siguientes párrafos:

 

Conociéndome y desde “Canarias en Positivo”, José Carlos Marrero me pide y me insiste, al igual que a muchos más, para que transmita mis pensamientos y reflexiones en esta plataforma, y tratar de ayudar a avanzar en clave positiva, sin lamentarnos de los errores cometidos.

 

Me parece francamente genial. Considero que muchos pensando y aportando ideas, siempre conseguiremos mejores resultados. Por ello, aquí me lanzo con mi humilde pero experimentada aportación.

 

Durante el confinamiento escribí en este foro el artículo titulado “El viento y la marisma, posibles aliados” donde me aventuraba a decir que la ventilación era esencial y su ausencia era parte importante del problema.  Yo ya hacía tiempo que me había peleado con este problema en La Laguna (Tenerife). 

 

En cuanto reformaba las instalaciones de mi empresa y colocaba las nuevas carpinterías metálicas herméticas, los hongos nos hacían la ola al entrar. No había forma de resolver el problema de la humedad.

 

Venga a meter productos en los armarios y a ventilar los días soleados.   Aireábamos abriendo por el día y colocando deshumidificadores por la noche… ¡Un coñazo!… Y el problema continuaba. 

 

Buscaba algo que aportara una novedad para mí y probé un sistema que me funcionó…  Funcionó de maravilla

 

Me centré en una habitación en la que había una ventana y una puerta hacia el interior de una nave, las cuales manteníamos siempre abiertas. No entendía cómo, siendo así, se generaban dichos problemas de humedad… Y y fue ahí donde probé.  

 

Ojo, que va a ser un poco largo lo que quiero contar….

 

Abrí dos orificios en la pared de la estancia hacia el exterior de unos 10 cm cada uno. Uno a nivel del suelo y el otro alejado del primero pero próximo al techo. Ocurrió que este pequeño detalle resolvió completamente el problema.

 

Lo apliqué en las oficinas con idéntico y exitoso resultado. Esos agujeritos con sus rejillas trabajaban toda la noche con las diferencias de temperatura suelo-techo y exterior-interior. Gracias a ello, llevo ya años sin el dichoso problema. 

 

Ahora comparto el sistema, se lo cuento a todo el mundo y nadie me hace puñetero caso. Así es la vida. Antiguamente, esta labor la hacían las chimeneas. No solo calentaban la estancia cuando permanecían encendidas, sino que también renovaban el aire continuamente.

 

Esta historia la cuento porque, al terminar el confinamiento el planeta empezó a poner distancias, a colocar mamparas, limitar aforos y posteriormente recomendar abrir las ventanas. Posteriormente la OMS notificaba que la primera y más importante de todas las medidas era la ventilación.

 

Comencé a fijarme y pude comprobar cómo el 80% de nuestro entorno estaba mal ventilado o, simplemente, no la tenía. Entraba en cualquier comercio y la puerta de este se cerraba tras mi paso. Miraba el autobús (guagua en Canarias) y lo veía herméticamente cerrado. 

 

Los centros comerciales estaban bien climatizados, pero carecían de la recomendable ventilación natural. Si alguna vez entraba en algún lugar y sentía un poco de corriente en la entrada, lo agradecía enormemente.

 

Creo que es el momento de ponernos todos manos a la obra con la investigación y el desarrollo (la I+D). Como decía un buen amigo, al ver a una pareja de adolescentes muy pegados el uno al otro: ¡Qué corra el aire!

 

Quizás entre todos logremos ayudar. El autónomo abriendo la puerta de su establecimiento y el ventanuco del baño a la vez, o el de la parte de atrás, y si no abre que lo arregle.

 

Los centros comerciales reforzando y estudiando a fondo la entrada y salida de aire natural. Los distintos transportes públicos garantizando la renovación del aire, estableciendo protocolos e instalando los elementos que lo permitan con entrada de aire forzada del exterior y salidas bien distribuidas.

 

Colegios, canchas, hospitales…. Estamos repletos de edificios públicos y privados donde no se pueden abrir las ventanas. En los lugares donde haya demasiado frío, habrá que dejar un poco abierto y darle algo más duro a la calefacción.

 

Cada lugar, seguro que tiene alguna solución sencilla, como dejar la puerta de la calle y la de la azotea abiertas. Debemos renovar el aire, y no solo para este momento que estamos viviendo, sino para siempre. 

 

Aunque ahora debamos recurrir de forma puntual a la imaginación. sería conveniente concienciar a nuestra población de los beneficios de estas medidas con una buena campaña mediática.

 

Si todos ponemos empeño podríamos conseguir muy buenos resultados aprovechando las bondades de nuestro clima. No acabaremos con el bicho, pero seguro que lo mantendremos bastante más a raya. Nos va la salud y la economía en ello.

 

Si todos colaboramos, todos sumamos. Es hora de que, o bien nos ponemos manos a la obra o bien no hacemos caso de nada y esperamos a que nos llegue la vacuna.

 

Hasta aquí el escrito de “Juan Canario”, que quiere seguir viviendo discreta y tranquilamente en su deseado anonimato, pero que, sin duda, nos deja un cúmulo de pensamientos y reflexiones que, a lo mejor (o a lo peor), merecen también que todos le echemos una pensada.

 

Yo por lo pronto me limito a servir de neutral interlocutor para que esas reflexiones lleguen a quien les pueda interesar. Igual “Juan Canario” no va muy desencaminado con esto de la aireación para espantar al coronavirus. Vaya usted a saber…

 

* José Carlos MARRERO GONZÁLEZ

Periodista.

Director de Canarias en Positivo®

 

Islas Canarias, 21 de diciembre de 2020.

 

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