VISIONES ATLÁNTICAS / 114
Fútbol y Política

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Hugo Luengo *

 

 

Sucede en tiempos de aceleración, que los fenómenos sociales se precipitan y ofrecen entre ellos lecturas que se suplantan. Aún sin finalizar el Campeonato 2022 de Qatar y los cambios en el Parlamento nacional español, respecto de la sedición, malversación y Código Penal, vamos perdiendo en ambas ligas. En el fútbol y la política, los espectadores y los ciudadanos hemos quedado en manos de entrenadores al escape.

 

La primera función de ambos debiera ser definir la estrategia de juego, que ambos han definido con la técnica del “tiki-taka”. Mantienen análoga estrategia, uno en el campo donde el fin del juego consiste en mantener por más tiempo la posesión del balón, sin reparar que el éxito lo miden los goles. Mientras que el otro presidente en la política ejerce su juego, contrario a servir al ciudadano y atender a su fortuna y valores.

 

Un entrenador debe ofrecer un carácter integrador, que no polarice y enfrente. No puede llevar una pésima dirección en el campo, que olvide la empatía necesaria entre selección y aficionados. Transportar a las selecciones la identidad nacional y su bandera, el único ámbito donde la bandera de España no es un trapo y podemos oír nuestro himno, aun cuando cojo de letra.

 

No valen actitudes cargadas de resentimiento y estilo retador y chulesco, presentarse como el más talentoso y experto. Colocarse como entrenador por encima de su equipo. Supeditar las alineaciones al entrenador no a la capacidad de los jugadores. Equipos de escasa veteranía y experiencia, con sobrecarga de jugadores de extracción nacionalista.

 

Lo importante del perfil, la acomodación y obediencia, no vale atreverse a improvisar. Se juega para el entrenador. Hasta con cierto desalojo, hemos vivido con comprensión el triunfo de la selección de Marruecos, consecuencia de un entrenador crecido que siquiera preparó a sus jugadores para la opción de los penaltis.  Luis Enrique, sustituido por el electorado futbolístico, mientras sobrevive el “tapado”.

 

El presidente de la Federación española, otro Luis, Rubiales, que ejerce en nuestro fútbol una gestión oscura, con formas de organización no democráticas. También huye hacia su futuro, aplicando los sacrificios que precise. El fútbol y la política otra vez unidos, sin norte que los guíe.

 

Supera la política al fútbol en su escapada, cuando empieza queriendo elegir al árbitro. Ocupa a las bravas el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo, colocando árbitros propios, saltándose las reglas previstas en la Constitución. Ha venido desarrollando la estrategia del “tiki- taka”, con una panoplia de leyes inservibles, que violentan el marco legal y a los ciudadanos espectadores.  Cambian las reglas del fútbol para que gane, no quien mete más goles sino quien más tiempo lo mantiene en posesión.

 

Refuerza su estrategia con un referéndum, que le permite trasladar sus incapacidades al pueblo. La torpe gestión técnica legislativa, contra las leyes y la constitución, generan leyes que, en su aplicación práctica, al tiempo de descuadernar la Constitución del 78 por la puerta de atrás y el Código Penal, ofrecen efectos contrarios a los pretendidos, al desconocer pese a las advertencias, sus principios básicos. La Ley del “Si es Si” y la que viene de malversación, dislocan el sistema de penas. Todo ello requerirá un proceso de regresión que nos devuelva a la democracia, luego de la escapada actual.

 

Ya solo en fútbol, el domingo los equipos de Argentina y Francia, en la final. Messi contra Mbappé. Europa contra Sudamérica. Ofrecen dos modelos de juego, el europeo más defensivo y de equipo y el sudamericano más ofensivo y de figura. Pelé y Cruyff. Ganará el que meta más goles, no el que “pille la bola” más tiempo. Odio los finales a penaltis.

 

 

*  Hugo LUENGO BARRETO

Arquitecto y bodeguero.

 

Islas Canarias,19 de diciembre de 2022

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