VISIONES ATLÁNTICAS / 147
República imposible

Hugo Luengo *

 

 

Atribuyen a Bismarck la frase, “España es el país más fuerte del mundo, los españoles llevan siglos intentando destruirlo y no lo han conseguido”. Una vuelta más del vórtice suicida a que la historia nos lleva. Remontando 200 años, nos encontramos en 1820, con la pérdida de los 4 Virreinatos de América, Nueva España, Perú, Nueva Granada y Río de la Plata. Ya en la Era Contemporánea iniciada con la independencia de EEUU en 1787.En España con la Constitución de Cádiz de 1812, aún reinaba José I Bonaparte, la guerra de independencia arruinó el país, la población, la industria y el imperio.

 

Hasta 1898, que se completa la pérdida colonial, Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En la época más convulsa de nuestra historia con las tres guerras carlistas, coincidentes con la debilidad del poder central. La primera 1833-40 en la regencia de María Cistina, la segunda en 1846-49 con Isabel II y la tercera 1872-76, que empieza con Amadeo I de Saboya, continúa con la 1ª República que dura un año, con su “revolución cantonalista” de plurinacionalidad ingobernable y acaba con Alfonso XII.

 

Con Alfonso XIII, la Dictadura de Primo de Rivera 23-30, luego de la 1ª Guerra Mundial y las de Marruecos. Prólogo de la caída de la monarquía y 2ª República del 31. El problema catalán-vasco, regresa a los conflictos de las “repúblicas carlistas”. Dos cuestiones, “la nación como sujeto de la soberanía y con ello del estado” y el “viejo problema español del reparto territorial del poder”. Entre medio dos “revoluciones bolcheviques” lideradas por Largo Caballero, el “Lenin español”.

 

La de 1917 luego de la rusa y la “Revolución de Octubre” de 1934 en la 2ª República, oponiéndose a que gobernasen las derechas, como hoy con el pacto del “Tinell”. En ambos casos fueron amnistiados. La actual encrucijada española es la “4ª Guerra Carlista”, defienden un “país de países”, para una república imposible, asimétrica, parásita y regresiva, con 17 entes regionales, contra el mercado único y los derechos nacionales.

 

Existen tres límites, la Constitución del 78, que niega el país de países, la economía incapaz de sostener más naciones, y la UE con cesión de soberanía, que no puede admitir 100 repúblicas. Sus modelos son múltiples. En Europa, el modelo confederal del “Imperio Austrohúngaro” (1867-1919), cuya complejidad asimétrica derivó en 1880 en la lucha en torno a la escuela y la administración, con la lengua en el centro de los conflictos. Precipitó la 1ªGuera Mundial y se disolvió entre 13 naciones.

 

La “República Federal Socialista de Yugoslavia”, surgida en los Balcanes con la 2ª Guerra Mundial. Tito la mantuvo unida con el ejército y la policía. En la caída del muro de Berlín en 1989, reunificación de Alemania, fin de la guerra fría con la perestroika de Gorbachov. Ruptura con Milosevic, las guerras identitarias que dieron pie a seis repúblicas, Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte, y Serbia con Voividina y Kosovo. Se equilibran hoy con las ayudas UE y la protección OTAN.

 

En Europa, Escocia, donde el Reino Unido autorizó un referéndum que perdieron los independentistas, que ahora quieren regresar a la UE. Peor parada quedó Quebec, con dos referéndums fallidos, con la constitución que deja su independencia sometida al poder federal, Arruinó la economía de Quebec, al expulsar hacia Ontario el grueso de las empresas y demoler su seguridad jurídica.

 

El modelo del “estado libre asociado” de Puerto Rico, sólo tiene control de gobierno interno y soberanía dependiente del Congreso de EEUU. Nuestra 4ª Republica Carlista, sólo aspira a la asimetría, conformada en el País Vasco por el Cupo de origen carlista, que ahora pide Cataluña. Expulsan a los cuerpos de seguridad y parasitan las cárceles, la escuela, la financiación, el idioma, la seguridad social, las administraciones del estado, la Justicia y el poder político. Imposible.

 

 

*  Hugo LUENGO BARRETO

Arquitecto y bodeguero.

 

Islas Canarias, 14 de agosto de 2023