VISIONES ATLÁNTICAS / 165
Etcétera y verdaderamente
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Hugo Luengo *
El título se expresa con dos palabras oídas en medios, “muletillas, latiguillos o ripios”, que se dan en expresiones para continuar las frases y que están formadas por palabras abstractas o breves, en apariencia sin función determinada. Acaban de nombrar como palabra del año la “polarización”, cuyo significado actualizado implica orientarnos en direcciones contrapuestas.
De manera que el sistema político tensionado por las realidades, construye “muros” contra la convivencia y traslada sus efectos hacia toda la cadena social. Se nos presenta el mentiroso como nuevo “nihilista” del siglo XXI, la apariencia de verdad tiene más importancia que ella misma.
Vemos cómo con la verdad por delante no se llega lejos. No hay mentiras sino cambios de opinión para el mentiroso patológico. Que ejerce con virtuosismo el conocido “Método Ollendorf”. Responde a las preguntas con contestaciones que nada tienen que ver con lo preguntado, para desviar la atención.
Una nueva forma de la mentira. No hay debate ni diálogo, se refuerza el juicio propio, en un nuevo atentado a la democracia. Mentiras que nos llevan a la toma de decisiones sin control, ante la pérdida de referentes y valores. Verdad, honestidad y convivencia suman juntos.
Celebramos los 45 años de Constitución, que responde contra el “muro” del gobierno y que exige construir con la verdad las heridas abiertas por el “dux de la discordia”. Que abusa del decretismo, del asalto a los controles transparentes, de la centrifugación plurinacional, del plebiscito y del despotismo en el cerco a la Justicia, de la amnistía anticonstitucional. Aprendemos de Julián Marías dos conceptos sobre la nación.
Su continuidad y su proyección, que nos obliga a difundirla y plasmar su unidad. Dignificar la herencia común y renovar los ideales de concordia, ofrecer un horizonte compartido. Derribar el muro que mantiene la nación y la economía en crisis, que se acentuará con la retirada de las ayudas de la Unión Europea.
En este contexto situamos las” muletillas” de hoy. Francisco Rosell, periodista que fue director de El Mundo, 2017-2022 y hoy es director de Vozpópuli, el diario digital madrileño desde septiembre de 2023, reitera en medios la muletilla, “etcétera, etcétera” duplicada.
Con ella se sustituye la parte final de una expresión o enumeración, por sobreentendidos, o en el juego de lo políticamente correcto que tanto se lleva, para evitar expresiones o palabras que pudieran resultar discordantes. No les puedo contar más, porque protejo mis fuentes también amenazadas, o carezco de tiempo. En el discurso televisivo resultan chocantes las sucesivas reiteraciones.
Encontramos en medio radiofónico la muletilla “verdaderamente”. repetida por Cristina López Schlichting Forma adverbial de la verdad, con toda verdad, conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. Juicio que no se puede negar racionalmente. Calidad de veraz.
En ambos casos, “etcétera y verdaderamente” luchan en un mundo polarizado a favor de la verdad y nos descubren nuevas utilidades de estos términos tan despreciados. Donde en el clamor del debate se excita su reiteración, que machaca el mensaje.
Resituamos el valor de las muletillas con un ejemplo literario. El escritor Francisco Umbral (1932-2007), construyó en “Los Placeres y los Días” en la última página del diario El Mundo, una de las más exitosas columnas, sociológicas y literarias, tantas veces referida.
Umbral mantenía las distancias y finalizaba el cierre de sus artículos con la muletilla “O sea”, que pudiera resultar petulante, altanera o redicha. Y asimismo certera, tranquilizadora y con la autoridad de su influencia cultural, aceptada. Los mil recursos y usos del lenguaje, nos ofrecen a veces utilidades insospechadas. O sea.
* Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 1 de enero de 2024
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