VISIONES ATLÁNTICAS / 168
La foresta y la costa
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Hugo Luengo *
En los 2.000 Km2 de Tenerife, el grueso de su actividad se desarrolla en los 1.000 Km2, comprendidos entre el suelo protegido de su Red de Espacios Naturales, el 50% del total y los 360 Km. lineales de su frente costero. Conforma un área de intensidad de uso, al concentrar entre foresta y costa, 1.000.000 Hb. y 1.000.000 de vehículos. Desde el invierno vemos apagado el incendio del verano y contemplamos los desequilibrios manifestados en el incendio de la Corona Forestal, de 15.000 Ha., el tercio de la misma y en la costa con el cierre veraniego cíclico de playas, por los vertidos del saneamiento, e-coli y algas rojas, centrados en las zonas de mayor actividad turístico-residencial.
La foresta nos ofrece espacios despoblados-vaciados, donde el modelo territorial provoca un constante incremento de combustible vegetal, que seco y con meteorologías adversas, provoca los mega incendios de sexta generación imposibles de controlar. Suelen iniciarse en la interfaz entre la foresta y el espacio rural colindante, hoy en suelos agrarios abandonados y/o en regresión, donde cualquier acción descuidada o voluntaria explota sobre la foresta.
Los hechos son contumaces, si los referimos a los últimos incendios en Canarias. Julio 2007, 15.000 Ha de pinar en Icod-Tenerife. Agosto 2012, 4.000 Ha de fayal-brezal en la Gomera. Agosto 2016, 4.860 Ha. de pinar La Palma. Agosto 2017, 19.300 Ha. de pinar Gran Canaria. Agosto 2019 10.000 Ha. de pinar Gran Canaria. Mayo 2021, 3100 Ha de pinar Arico Tenerife. Agosto 2022, 3.000 Ha. pinar monte bajo, Realejos Tenerife. Agosto 2023 15.000 Ha. pinar monte bajo, Corona Forestal Tenerife, el mayor espacio natural de Canarias con 466 Km2.
Sobre la foresta medidas preventivas, no curativas y de regeneración sostenible. En invierno se apagan los incendios de verano. Además de evitar las afecciones sobre la biodiversidad, la pérdida de suelos y la desertificación. A la vista las opiniones de Federico Grillo, director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, de Wladimiro Rodríguez Brito, que fue consejero de medio ambiente del Cabildo de Tenerife y de Didac Díaz, ingeniero forestal de Gran Canaria; y el manifiesto expuesto al final del incendio por los 5.000 profesionales de Canarias.
Apuestan por políticas preventivas, que obligan a un cambio de modelo territorial, que exige actualizar los “Planes Rectores de Uso y Gestión”, que suprimen de facto a su interno todo tipo de usos y aprovechamientos, agrarios, ganadería extensiva y selvícolas. En la interfaz tenemos el grueso del suelo agrario en abandono, donde los usuarios deben pasar a ser agentes ambientales y ser retribuidos por ello, con fondos que reviertan el abandono de las medianías.
Al margen de la desafortunada legislación rural de la UE y nacional, y de la Agenda 2030, que fuerzan el abandono del medio rural. Debemos crear un marco jurídico fiscal y laboral específico para el mundo rural, entre ellos compatibilizar las pensiones con ingresos de las explotaciones rurales. Cambio de los modelos de uso y gestión, el pinocheo, el carboneo y la ganadería, pagarlos a quien los ejerza en los montes y su interfaz, Modélica la experiencia “Gran Canaria Pastorea”, con ayudas del Cabildo. Quien más cuida la foresta en quien la aprovecha.
En las costas se mantiene el conflicto de cientos de emisarios con vertidos descontrolados, por más que desde el 2.000 estamos amenazados por la UE y contamos con Plan Insular, para resolver integrado el ciclo del agua. Planes con alto nivel de inversión y gestión, de escaso rendimiento político. Que sin embargo trasladan al externo cíclicamente y en zonas turísticas el problema de las playas y costas cerradas al uso por agentes contaminantes. La foresta y la costa forman parte integrante del “Paisaje de Tenerife” y de su marca comercial y turística, cuyo uso, gestión y costes debemos asumir socialmente. Lo público es de todos.
* Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 22 de enero de 2024
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