VISIONES ATLÁNTICAS / 220
Gestionar el día después
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Hugo Luengo *
La globalización nos deriva a una seria crisis geopolítica, económica y sociológica, con las “democracias liberales” gobernadas con prácticas incompatibles a su propia naturaleza. De manera que el estado de bienestar resulta insostenible, con la juventud atrapada en un “Esquema Ponzi”, sin vivienda, sin natalidad, con empleos precarios y sin expectativas de jubilación. Una de las claves reside en la “guerra cultural” manifestada en las recientes elecciones americanas, polarizadas entre el “trumpismo” y el “wokismo”.
No es otra cosa el movimiento “woke”, que un “neocomunismo gramsciano”, donde los principios de las democracias liberales de, libertad, igualdad y fraternidad, han sido asaltados por derechos ideológicos segmentados, soportados en el relativismo moral, donde los derechos del individuo quedan subordinados a los colectivos, dirigidos por estados cada vez más expansivos.
Trump ha ganado la “guerra cultural”, las derechas han ganado a la “progresofobia”. Vemos cómo los jóvenes en el segmento 18-24 años, los del milenio, vienen votando en este momento opciones ultraconservadoras, abandonando la moda de hacerse “ovejunos revolucionarios marxistas”. Los jóvenes reclaman eliminar impuestos y restringir las migraciones.
Se asombran ante el desprecio por la “integridad intelectual” y de la apropiación de lo que llaman “evidencias científicas”, con que han demolido en la UE las opciones energéticas, entre ellas la nuclear, aunque según el estado la han hecho verde y con la “Agenda 2030”, que, al trasladar la falsa responsabilidad del cambio climático a la acción humana, penalizan al mundo agrario y las energías, elevando nuestra dependencia del exterior.
Ante el “trumpismo” quedan descolocados Obama, Merkel, Trudeau, Úrsula y Sánchez, ligados a un ejercicio de políticas ajenas a las “democracias liberales socialdemócratas” resultantes de la segunda guerra. La “Pax Americana” acabó con la salida de Afganistán de EEUU y la OTAN el 30 de agosto de 2021. Ahora Trump desprovisto de reglas, juega al “pierde-paga”, subiendo las apuestas al concursante y hasta tiene el atrevimiento de decirnos que sólo hay dos sexos.
Mantiene José María Ruiz Soroa “Elogio del Liberalismo (2018), que las prácticas que degradan las democracias han estado en España representadas por el principio de “exclusión”, desde 1812 luego de la Constitución de Cádiz. Consiste en echar al adversario del juego político, a base de populismo, intervencionismo y aplicación segmentada de las leyes.
Donde podemos ver el fracaso de la Constitución de la 2ª República, que dio pie a la Revolución bolchevique de octubre de 1934, que abrió el cisma de la guerra civil. Exclusión que repetimos con el “Pacto del Tinell” que impedía a las derechas gobernar, como repite el muro del pacto “frankestein”, que excluye a la mayoría social del país, cautivando instituciones, entidades y ahora asaltando a la Telefónica.
Mientras la UE estanca su economía distanciando su renta de EEUU y China, la economía española experimenta una deriva que nos acerca a modelos sudamericanos. España se encuentra, como nos dice Lorenzo Bernaldo de Quirós, en la “trampa de la renta media”. Que es la posición en la cual un país es incapaz de converger hacia los niveles de renta de los países más ricos de la UE.
Ya somos superados por otros nuevos, mientras nos alejamos de la media. No es casual, sino que obedece a malas políticas y malas instituciones. Desincentiva la acumulación de capital y la innovación, Atenta contra el derecho de propiedad, la libertad de empresa, la competencia, elevan las fiscalidades, el gasto y la deuda pública y agravan la disciplina y estabilidad macro. El estancamiento-retroceso del PIB per cápita es su consecuencia.
Regresan los nacionalismos a condicionar la UE, de manera que el equilibrio desde sus entidades supranacionales, Parlamento, Comisión y Consejo, neutraliza la acción política, que se diluye desde Bruselas en un exceso de afán regulatorio y la dificultad de ejercer políticas comunes, que nos paralizan. Estuvo en la base del Brexit, con un Reino Unido ajeno a los excesos continentales. De la misma forma que no es posible en España “gestionar el día después” con el “frankestein”; que devalúa la nación y la economía, mientras bloquea la única salida posible que pasa por nuevas elecciones.
* Hugo LUENGO BARRETO
Arquitecto y bodeguero.
Islas Canarias, 27 de enero de 2025
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