y ahora…
¿qué?

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Ramiro Cuende Tascón *

Tenerife tiene desde hace tiempo un gran problema con la administración de sus costas, lo tiene nuestra isla, no lo tiene Canarias, lo que dicho así resulta, como poco, extraño. El listón por el que hay que saltar para conseguir permisos de Costas en la hoy llamada Canarias Oriental es mucho más lógico. Sería grave que revele aplicaciones administrativas diferentes, lo cierto que en las islas los resultados son diferentes, no son milongas.

 

Si a esto le sumamos la poco interesante diatriba que practica una pequeña parte de la ciudadanía sobre los paisajes idílicos y sus variantes, en ocasiones de forma vehemente contra alguien o algo. Cuando se les ocurre o encuentran una diana con la que jugar a los dardos, se movilizan en función del bello capricho que nos regala la libertad de expresión y nada, a por ello.

 

Los expertos en este tipo de verdosas denuncias siempre los mismos o similares. Igual tiene que ver con una epidemia de querulantes que habitan entre nosotros; son los mismos que se intoxicaron con la obra del Colegio de La Salle, con unas instalaciones excelentes cerradas por una parada de guagua. La primera fue la de las preciosas torres que acompañan la autopista, y no sigo porque me roncho.

 

Costas, y su administración viven al margen de la realidad, o lo parece. Sin duda en lo que hace a esta isla, se trata de una administración distante, que tarda en resolver, o digamos tramitar lo que no está en los libros. Yo lo vivo, con la sensación de que están en una parte diferente del planeta, el de ellos húmedo y el del resto de secano, todo ello separado por tres líneas que responden a la realidad de aquella manera; la del dominio público marítimo terrestre, la de la servidumbre de tránsito, y la de la servidumbre de protección. Cuando se lo oí a la abogada Rosa Martínez me quedó aún más claro.

 

Al objeto de promover una protección eficaz sobre nuestras costas y de incrementar la seguridad jurídica de los titulares de derechos sobre el litoral, están publicadas las líneas de deslinde de todo el litoral español. Más de 10.000 Km de bienes de dominio público marítimo-terrestre de nuestro litoral. La Ley 2/2013, de 29 de mayo, de protección y uso sostenible del litoral y de modificación de la Ley 22/1988, de Costas, modificó recientemente la citada Ley de Costas, estableciendo un nuevo marco legislativo, que tiene como objetivo el incremento de la seguridad jurídica para las actuaciones que afecten al litoral y la promoción de una efectiva protección del mismo que resulte compatible con el impulso de la actividad económica y la generación de empleo.

 

La filosofía que inspira la nueva ley es que la protección de la costa es compatible con la protección jurídica de los titulares de derechos sobre la misma. Es un error plantear una disyuntiva entre derechos y medio ambiente, porque eso perjudica a ambos. No se trata tanto de prohibir las actividades en el litoral, como de conseguir que sean sostenibles y respetuosas con el medioambiente. Me parece de una lógica absoluta.

 

El Servicio Provincial de Costas Tenerife, publicó en el BOE el anuncio de notificación de 15 de enero de 2020 en procedimiento Trámite de Audiencia en Expediente de Revisión del deslinde marítimo-terrestre en el término municipal de Granadilla de Abona, isla de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife). Tramo Urbanización Costabella – Punta del Bocinegro. Entre los vértices M-147 a M-155. Algo que se inició por una O.M de 25 de noviembre de 2002, cuando de publicó el trámite de audiencia en el expediente de revisión del citado deslinde ¿Y, ahora por qué?

 

Se aprobó el PGOU de Granadilla tras pasar todos los trámites administrativos procedentes el 26 de enero de 2005, y se publicó en el BOC el 6 de enero de 2005, y es ahora en estos especiales tiempos cuando se les ocurre la paralización provisional de las obras del Hotel en Costabella, supongo que debido a la denuncia de alguien que no sabe lo que es crear puestos de trabajo y economía para que nuestra tierra mejore sus ratios laborales.

 

Lo que no he podido leer en ningún sitio ¿cuál es la mejora pretendida?, ya que este es un lugar en el que paisaje y playas protegidos hay para dar y tomar. ¿Pero? De lo que algunos no se quieren enterar es que hay derechos y deberes, ambos adquiridos, además de indemnizaciones que en ocasiones pagaremos el resto de los mortales de estos parajes, para que 50 personas disfruten con una piedra de hielo más en la copa, y si además hay una demolición o una ruina construida durante el tiempo que dure la resolución del desaguisado ellos se bañan en otros charcos.

 

Esta falta de criterio es la que en esta isla genera todo tipo de dislates, en los que el sentido común y el interés general brillan por su ausencia. Se supone que estamos en tiempos complejos en todos los sentidos, y de momento 70 operarios al paro o a otra obra, como le oí al líder de la contra plataforma.

 

En los tiempos que vivimos, lo que sobran son inquisidores de medio pelo, y lo que pensaba era que el artista del “absurdo fuera de ordenación santacrucero”, que parecía se había redimido en el Tíbet, tras poner pies en polvorosa de Santa Cruz, con la caja repleta de doblones tras repetir cientos de alegaciones con su mimeógrafo o ciclostil, que es como lo conocemos, resulta que no, que le sigue gustando jugar a tres en raya, y esta vez ha visto mejor casino, digamos botín en Arona.

 

Como es posible que este tipo de vendedores de jarabes milagrosos del far west engañen a personas de bien, supuestamente formados, con toda suerte de patrañas, por no calificarlo, siempre en clave de supuestas; estafas, amenazas, triquiñuelas, falsedades -compras y ventas- por doquier. Las noticias de la prensa dan para pensar en arameo, ¿cómo es posible que embauquen y les saquen el parné a tantos?, no sé cómo denominarlos, por resumirlos se me vienen a la cabeza dos tipos de personajes; desesperados de la existencia, o apasionados del juego de las rayas, al que juega más gente de la que parece ¿Cómo puede estar Arona tan cerca de Adeje?

 

Eustaquio, las denuncias deberían ir acompañadas de un aval por la cuantía que le cueste a la peña, a la caja colectiva si hay que pagar al denunciado por daños y perjuicios, y, además podría terminar la obra que empezó conforme a derecho. Si les picara el bolsillo se pensarían más lo de jugar a “Demolition man”, porque les divierte lo de los paisajes idílicos, a poder ser repletos de balaustres achaparrados.

 

Deseo que el expediente esté en regla, y se convierta en una referencia más de Granadilla, será bueno en todos los sentidos. Una construcción mimetizada y sostenible. Como se ve en la foto, a la lectora no creo que le afecte en nada, a mí tampoco.

 

Jorge Luis Borges, en: Crítica del paisaje. “Desconfiemos de las reacciones organizadas, de las emociones previstas y de las actitudes de recluta en que se plasman los espíritus amaestrados».

 

* Ramiro CUENDE TASCÓN.

Arquitecto

Socio de CGA Arquitectos

Co fundador-propietario de Cuende y Gutiérrez Asociados S.L.P. – Arquitectos.

 

Santa Cruz de Tenerife, 16 de julio de 2020.

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